martes, 20 de abril de 2010

La batalla de Poitiers (732)

La Batalla de Poitiers (conocida por la historiografía europea como Batalla de Tours para no confundirla con la Batalla de Poitiers de 1356) tuvo lugar el 10 de octubre de 732 entre las fuerzas comandadas por el líder franco Carlos Martel y un ejército islámico a las órdenes del valíAl-Ándalus Abderrahman ibn Abdullah Al Gafiki cerca de la ciudad de Tours, en la actual Francia. Durante la batalla, los francos derrotaron el ejército islámico y Al Gafiki resultaría muerto. Esta batalla frenó la expansión islámica hacia el norte desde la Península Ibérica y es considerada por muchos historiadores como un acontecimiento de importancia macrohistórica, al haber impedido la invasión de Europa por parte de los musulmanes y preservado el cristianismo como la fe dominante durante un periodo en el que el islam estaba sometiendo los restos de los antiguos imperios romano y persa.
(gobernador) de

Importancia de la batalla

Contemporáneos cristianos, desde Beda el Venerable hasta Teófanes, el cronista bizantino, registraron cuidadosamente la batalla y fueron rápidos en extraer lo que veían como sus implicaciones. Estudiosos posteriores, tales como Edward Gibbon, opinaron que, si Carlos hubiese sido derrotado, los árabes hubieran conquistado fácilmente una Europa dividida. Gibbon escribió: "Una marcha victoriosa se había extendido mil millas desde el peñón de Gibraltar hasta las orillas del Loira; la repetición de un espacio igual hubiera llevado a los sarracenos a los confines de Polonia y a las Tierras Altas de Escocia; el Rin no era más infranqueable que el Nilo o el Éufrates, y la flota árabe podría haber navegado sin una batalla naval hasta las bocas del Támesis".

Algunas estimaciones modernas del impacto de la batalla se han apartado de la posición extrema de Gibbon, pero su conjetura recibe el apoyo de otros muchos historiadores. Aún así, dada la importancia que los registros árabes de la época dieron a la muerte de Al Gafiki y a la derrota en la Galia, y a la consiguiente derrota y destrucción de las bases musulmanas en lo que ahora es Francia, es muy probable que esta batalla tuviera una importancia macrohistórica al frenar la expansión del islam en Occidente. Esta derrota fue el último gran esfuerzo de la expansión islámica mientras hubo todavía un califato unido, antes de la caída de la dinastía de los Omeyas en 750, sólo 18 años tras la batalla de Poitiers.

Según otros historiadores Carlos Martel rechazó fue solo una de las constantes razias que los musulmanes emprendían estacionalmente en busca de botín. Antes, los francos habían derrotado ya algunas de estas incursiones sin ánimo expansionista, y las mismas se siguieron produciendo después hasta que Pipino el Breve acabó con los restos del poder musulmán en Francia en 759 y su hijo Carlomagno pasó a combatir en España, siendo ese momento un “comienzo de la Reconquista” que parece más lógico que lo de Covadonga. Actualmente se cree que aunque si la campaña que llevo a la batalla fue solo de saqueo y no de expansión, esta fuerza era sin duda la mayor que piso territorio francés. Con esta batalla se debilito mucho el poder musulmán en el sur galo, se perdío a su mejor comandante y cualquier intención posible de expansión se terminó.